Cuando un usuario inicia sesión en un sistema o solicita acceso a un nuevo recurso, sus patrones de comportamiento se comparan con el modelo. ¿El usuario realiza el registro desde una dirección IP esperada? ¿Su dinámica de pulsación de teclas coincide con los patrones típicos del usuario?
Los comportamientos de los usuarios se puntúan en función de lo anómalos o inusuales que sean. Las solicitudes se pueden conceder, marcar o bloquear automáticamente en función de los umbrales de puntuación establecidos en el sistema de seguridad.
Por lo general, la verificación de identidad no se basa únicamente en la biometría conductual. Más bien, los factores biométricos de comportamiento se utilizan comúnmente como parte de un sistema de autenticación adaptable, que cambia los requerimientos de autenticación en función del contexto de seguridad. Por ejemplo, si un usuario inicia sesión desde su dirección IP normal, una biometría de comportamiento, es posible que necesite ingresar sólo una contraseña. Pero si inician sesión desde una dirección inesperada, es posible que necesiten ingresar una contraseña y un escaneo de huellas dactilares.
La biometría del comportamiento también se utiliza en herramientas de autenticación y monitoreo continuos, como los sistemas de analytics del comportamiento del usuario (UBA). Estos rastrean los patrones de actividad de los usuarios en todo momento, incluso más allá de los inicios de sesión y las solicitudes de acceso. Si un usuario se desvía de la norma en cualquier momento durante una sesión, un UBA puede alertar al equipo de seguridad.