La seguridad de red es un campo de la ciberseguridad que se centra en proteger las redes informáticas y los sistemas de comunicación de ciberamenazas y ciberataques internos y externos.
Hoy en día, las redes informáticas constituyen la columna vertebral de la mayoría de las empresas modernas, desde las herramientas de comunicación y colaboración de los empleados hasta las aplicaciones complejas, las operaciones comerciales nativas de la nube e incluso la infraestructura global. Las redes modernas y las herramientas y soluciones que las protegen son críticas para el éxito de algunas de las empresas más grandes y exitosas del mundo.
Según un informe reciente, el mercado mundial de soluciones de seguridad de redes es considerable y está creciendo a un ritmo saludable. En 2024, su valor era de 24 000 millones de dólares estadounidenses y se espera que siga creciendo a una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 14 %, hasta alcanzar los 73 000 millones de dólares estadounidenses en 20321.
Las redes informáticas, o simplemente redes, son sistemas de dispositivos interconectados que se comunican entre sí, comparten datos e intercambian recursos. Los dispositivos conectados a través de una red utilizan varias conexiones, incluidas Ethernet, inalámbrica (wifi) y celular. Después de establecer una conexión, deben seguir un conjunto de reglas conocidas como protocolos de comunicación que rigen la forma en que intercambian datos. Los dispositivos más comunes utilizados en las redes informáticas son los ordenadores de sobremesa, los dispositivos móviles y los enrutadores.
Hoy en día, las redes informáticas sustentan casi todos los aspectos de la vida cotidiana, desde potenciar la fuerza de trabajo móvil hasta sustentar las redes sociales e impulsar el sistema financiero mundial. Cuando se producen violaciones de seguridad, el coste es elevado.
Según el informe "Cost of a Data Breach" 2024 de IBM, el coste medio global de una vulneración de datos fue de 4,9 millones de dólares estadounidenses el año pasado. Este aumento supone un incremento del 10 % con respecto al año anterior y representa la cifra más alta jamás registrada.
Al igual que todos los demás aspectos de la infraestructura de TI, el cloud computing ha cambiado radicalmente las redes. Sustituye la infraestructura de red on-premises basada en hardware por recursos informáticos virtualizados y bajo demanda que se suministran a través de internet.
Hasta principios de la década de 2000, las empresas preferían el hardware, el software y la infraestructura de TI on-premises que podían mantenerse en unas instalaciones propiedad de la empresa y bajo su gestión. Pero los beneficios de la nube, en particular su mayor escalabilidad, flexibilidad y potencial de ahorro de costes, provocaron un cambio drástico. Hoy en día, más del 60 % de los datos empresariales se almacenan en la nube y el mercado mundial de cloud computing tiene un valor de casi un billón de dólares2.
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A medida que las empresas adoptan nuevas tecnologías como el cloud computing, la inteligencia artificial (IA) y el Internet de las cosas (IoT), aumentan el tamaño de la superficie de ataque que los hackers pueden explotar. Cada año, los complejos ciberataques que implican malware (troyanos), phishing, ransomware, ingeniería social y ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) cuestan millones a las empresas.
Las buenas prácticas y soluciones de seguridad de red suelen diseñarse con tres objetivos principales en mente:
La segmentación de la red, la práctica de dividir una red en segmentos más pequeños, permite a las organizaciones implementar un mayor control sobre los datos y los usuarios de una red. La segmentación de la red reduce el tamaño de la superficie de ataque y el número de formas en que los hackers pueden obtener acceso no autorizado.
La autenticación multifactor (MFA) es una forma de verificar la identidad de un usuario a través de al menos dos formas distintas de identificación, como una contraseña y el reconocimiento facial. En la seguridad de redes, la MFA proporciona una capa adicional de protección, además de la contraseña del usuario, que puede impedir que los delincuentes accedan a datos confidenciales.
Las redes privadas virtuales (VPN) son servicios que establecen conexiones seguras y cifradas para intercambiar datos y recursos a través de internet. La seguridad de la red se basa en las VPN para ocultar las direcciones IP, la ubicación de un dispositivo en una red, de modo que sea más difícil rastrear la actividad de un usuario.
Las VPN han desempeñado un papel crítico en la evolución del teletrabajo, al permitir a los usuarios acceder a la información y los recursos de la empresa desde cualquier parte del mundo. Este acceso incluye trabajar a través de redes wifi públicas en lugares como cafeterías u oficinas satélite.
Zero Trust, una estrategia de seguridad moderna diseñada para la nube, se centra en proteger las conexiones individuales de los usuarios a una red en lugar de otorgar confianza de manera implícita a todos los miembros.
Antes de la expansión del cloud computing, la seguridad de las redes se centraba en proteger los endpoints, es decir, los dispositivos que se conectaban a las redes e intercambiaban información, pero este enfoque no resultaba tan eficaz en un entorno de nube.
Las mejores soluciones y sistemas de seguridad de red solo son eficaces si los equipos encargados de implementarlos reciben formación periódica y se someten a pruebas rigurosas.
Las organizaciones deben asegurarse de que los usuarios de una red estén familiarizados con sus políticas de seguridad, también conocidas como protocolos de seguridad. También deben entender las medidas que deben tomar cuando sospechan que se está produciendo una vulneración de datos.
Además de las buenas prácticas, las organizaciones confían en una amplia gama de sistemas y herramientas de seguridad de red diseñados para evitar que los ciberataques vulneren las redes. Estas soluciones también ayudan a minimizar los daños causados cuando se producen vulneraciones.
Un cortafuegos es un software o hardware que impide que el tráfico sospechoso entre o salga de una red, a la vez que permite el paso del tráfico legítimo. Los cortafuegos pueden implementarse en el edge de una red o utilizarse de forma interna para dividir una red más grande en subredes más pequeñas. Si una parte de la red se ve comprometida, los hackers siguen sin poder acceder al resto.
Las soluciones de control de acceso a la red autentican y autorizan a los usuarios para determinar quiénes pueden acceder a una red y qué pueden hacer una vez dentro de ella. La "autenticación" se refiere a la confirmación de la identidad de un usuario y a la garantía de que posee los permisos adecuados para acceder a recursos específicos de la red.
Las soluciones NAC se utilizan a menudo para aplicar políticas de control de acceso basado en funciones (RBAC), en las que los privilegios de los usuarios se basan en sus funciones laborales.
Las soluciones de seguridad en la nube protegen los centros de datos, las aplicaciones y otros activos en la nube frente a los ciberataques. La mayoría de las soluciones de seguridad en la nube son simplemente medidas de seguridad de red estándar (por ejemplo, cortafuegos, NAC y VPN) aplicadas a entornos en la nube. Muchos proveedores de servicios en la nube incorporan controles de seguridad en sus servicios o los ofrecen como complementos.
Un sistema de detección y prevención de intrusiones (IDPS), a veces denominado sistema de prevención de intrusiones, analiza el tráfico entrante en busca de amenazas de seguridad. Estas herramientas de seguridad evolucionaron a partir de los sistemas de detección de intrusiones (IDS), que solo señalaban las actividades sospechosas para su revisión.
Los IDPS tienen la capacidad adicional de responder automáticamente a posibles infracciones bloqueando el tráfico o restableciendo la conexión.
La seguridad de las aplicaciones (AppSec) se refiere a los sistemas y procesos en los que confían los equipos de seguridad para proteger las aplicaciones de los ciberataques. Dado que la mayoría de las empresas modernas utilizan aplicaciones para llevar a cabo funciones comerciales clave o procesar datos confidenciales, estas aplicaciones con frecuencia se convierten en objetivos principales de ciberataques. Y como muchas aplicaciones empresariales están alojadas en nubes públicas, los hackers pueden explotar sus vulnerabilidades para entrar en las redes privadas de las empresas.
Algunos ejemplos comunes de herramientas de seguridad de aplicaciones son los firewalls de aplicaciones web, la autoprotección de aplicaciones en tiempo de ejecución, las pruebas de seguridad de aplicaciones estáticas y las pruebas de seguridad de aplicaciones dinámicas.
El phishing, un tipo de ciberataque que utiliza correos electrónicos fraudulentos para engañar a las personas y hacerles compartir datos confidenciales, es una de las ciberamenazas más comunes y eficaces. Una amplia gama de herramientas y sistemas de seguridad para el correo electrónico, como los filtros de spam y el cifrado de mensajes, ayudan a las organizaciones a frustrar los intentos más comunes de suplantación de identidad. Algunas herramientas de seguridad para el correo electrónico más avanzadas incluso cuentan con entornos aislados, donde los profesionales de la seguridad pueden inspeccionar los archivos adjuntos sin exponer toda la red a su contenido.
Aunque las siguientes herramientas no son estrictamente herramientas de seguridad de red, los administradores las utilizan a menudo para proteger zonas y activos de la red.
La prevención de pérdida de datos (DLP) se refiere a un conjunto de estrategias y herramientas de seguridad de la información que garantizan que los datos confidenciales no sean robados ni se filtren de forma accidental. La DLP incluye políticas de seguridad de datos y tecnologías específicas que rastrean los flujos de datos, cifran la información confidencial y emiten alertas cuando se detecta una actividad sospechosa.
Las soluciones de seguridad de endpoints protegen los dispositivos de los hackers, que pueden utilizarlos para colarse en una red. El software antivirus puede detectar y destruir troyanos, spyware y otro software malicioso en un dispositivo antes de que se propague al resto de la red.
La seguridad web abarca una gama de soluciones y políticas de seguridad de las que dependen las organizaciones para proteger las redes, los usuarios y los activos de diversos riesgos de seguridad. Las soluciones de seguridad web, como las puertas de enlace web seguras, los firewalls de aplicaciones web (WAF) y el software antivirus, pueden bloquear el tráfico sospechoso y evitar que los usuarios se conecten a aplicaciones maliciosas.
El análisis del comportamiento de usuarios y entidades (UEBA) utiliza análisis del comportamiento y machine learning (ML) para señalar actividades sospechosas. El UEBA puede ayudar a detectar amenazas internas y hackers que hayan secuestrado cuentas de usuario para obtener acceso no autorizado a sistemas o datos.
A medida que aumentan la frecuencia y el coste de los ciberataques, empresas de todos los tamaños y de una amplia gama de sectores buscan con interés nuevas soluciones de seguridad para sus redes. Estos son algunos de los beneficios más comunes que pueden aportar.
Las soluciones de seguridad para redes empresariales y las buenas prácticas ayudan a las organizaciones a prevenir una amplia gama de ciberamenazas por parte de los ciberdelincuentes. A continuación se presentan cinco de los casos de uso más comunes.
Las amenazas persistentes avanzadas (APT) son ciberataques que pueden pasar desapercibidos en un sistema o red durante largos periodos de tiempo, mientras los hackers roban datos confidenciales, llevan a cabo ciberespionaje o sabotean sistemas informáticos.
Las APT son muy dañinas porque están diseñadas para pasar desapercibidas durante mucho tiempo, una característica que hace que sean difíciles de detectar y detener incluso para las soluciones de seguridad de red más avanzadas.
La gestión de información y eventos de seguridad (SIEM) es un tipo de solución de seguridad de la información que ayuda a las organizaciones a reconocer y abordar posibles amenazas y vulnerabilidades de seguridad antes de que puedan interrumpir las operaciones empresariales.
En términos de seguridad de la red, los sistemas SIEM ayudan a los equipos a detectar irregularidades en el comportamiento de los usuarios y el tráfico de la red que podrían ser indicios de un ciberataque.
Además de impedir el acceso no autorizado, las soluciones de seguridad de red deben garantizar que los usuarios autorizados puedan acceder a los recursos que necesitan. Los contratistas externos, por ejemplo, deben poder iniciar sesión en las redes, a menudo de forma remota, sin comprometer la integridad de la red.
Para reducir el riesgo de que malos actores obtengan acceso remoto no autorizado, los sistemas de seguridad de red se basan en una combinación de MFA, segmentación de red y aplicación de políticas robustas.
La IA generativa es una IA capaz de crear contenido original, como texto, imágenes y vídeo, en respuesta a la solicitud de un usuario. A medida que más empresas buscan aprovechar muchas aplicaciones, el riesgo de exponer datos confidenciales va en aumento.
Las soluciones de seguridad de red, como los navegadores web que automatizan la aplicación de políticas para prohibir a los usuarios compartir información de identificación personal (PII) con aplicaciones de IA generativa, pueden ser de ayuda.
1. Network security market size. Fortune Business Insights. Junio de 2025.
2. 55 cloud computing statistics for 2025. Spacelift. Julio de 2025.