Otra forma en que Mukka retribuye a su comunidad es asesorando a los estudiantes en habilidades sociales, las habilidades no técnicas que todos necesitamos para interactuar de manera efectiva con colegas y clientes.
"La falta de habilidades sociales es uno de los problemas que enfrenté en mis primeros días de empleo", dice Mukka. “Eso me motivó a incorporar habilidades sociales a las sesiones de tutoría que hago con estudiantes y solicitantes de empleo. Aunque estas habilidades no forman parte de nuestra educación formal, la capacidad de ponerlas en práctica es un factor importante para construir una carrera exitosa, y puedo ayudar a mis alumnos a lograrlo”.
Mukka dice que un día típico de voluntariado para él "es dinámico y gratificante", ya sea que se trate de organizar un evento, preparar materiales o reunir voluntarios. “Hay una sensación de trabajo en equipo y propósito a medida que trabajamos hacia un objetivo común, y el día termina con una reflexión y una profunda sensación de logro, sabiendo que nuestros esfuerzos marcaron la diferencia en la vida de alguien o en la comunidad”.
Cuando se le pregunta qué lo motiva a seguir adelante, Mukka responde: “El impacto que veo en las vidas de aquellos a quienes ayudamos es increíblemente motivador. Ya sea una sonrisa de un niño que acaba de recibir una mochila escolar o saber que una donación de sangre salvó una vida, estos momentos alimentan mi pasión”.
Un ejemplo que cita Mukka es llevar a un grupo de niños a un área silvestre como parte de un programa Green Journey, patrocinado por YFS. "Los niños tuvieron una gran experiencia de la naturaleza y su importancia, y se refieren a esa salida prácticamente cada vez que visito la escuela para otras sesiones", dice.
“El voluntariado también ofrece aprendizaje y crecimiento continuos, tanto personal como profesionalmente. La oportunidad de trabajar junto a personas de ideas afines que están igualmente comprometidas con hacer del mundo un lugar mejor me mantiene inspirado y motivado para hacer más”.