IBM cuenta con varios equipos pequeños de fijadores de precios transaccionales en todo el mundo para apoyar al equipo de ventas global de la empresa. Procesan alrededor de 100 000 ofertas de suscripción, renovación o actualización al año, y revisan cada una de ellas cuatro veces en promedio. Estas se presentan a los vendedores o asociados de negocios de IBM para la fijación de precios y se conocen como ofertas.
"El volumen de ofertas se concentra fuertemente al final del trimestre", explica Kyle Springman, director de precios de transacciones por volumen a nivel internacional. “Al final del trimestre, y en especial a finales de año, cada uno de nuestros equipos de precios podría manejar de 2000 a más de 3000 ofertas en una semana. Además, no contamos con personal para los periodos de mayor actividad”.
Josh Atencio, fijador de precios en Norteamérica, describe de primera mano la experiencia de fin de año: “Tenemos 15 fijadores de precios para América del Norte. Durante los periodos de mayor actividad, podemos tener más de 100 ofertas en fila de espera al comienzo de la jornada y, en el transcurso del día nos envían aún más. Podemos completar más de 200 ofertas durante el día y reducir el volumen bastante pero, a la mañana siguiente, te despiertas y puede haber 100 o 120 ofertas nuevas en la cola esperándote. Es una batalla”.
Además, muchas de las ofertas son complejas y abarcan soluciones de tecnología integradas y multiproducto con varios factores que afectan los precios. Con frecuencia, los vendedores proponen ofertas personalizadas para sus clientes. El trabajo de los fijadores de precios es evaluar las ofertas, ajustarlas si es necesario y aprobarlas para que los vendedores las puedan presentar a sus clientes. "Se trata de encontrar el precio más justo, tanto para nuestro cliente como para IBM, y hay que hacerlo con rapidez", dice Springman.
“Todo vendedor quiere que se preste atención a su oferta en ese momento”, continúa Springman. “Así que cuanto más podamos hacer y más rápido lo hagamos, mejor será el resultado para los vendedores y para nuestros clientes. Es un ambiente de muchísima presión”.
Y la dificultad se vio agravada por el predominio de las tareas manuales. “Antes de la automatización, teníamos muchas herramientas y calculadoras diferentes. Todo era muy manual”, dice Atencio. Por ejemplo, los encargados de fijar los precios tenían que completar un archivo de verificación de partes para cada oferta. Enumeraban cada parte del producto y calculaban los descuentos permitidos para cada una. "Es un montón de información", dice Atencio. "Básicamente se trata de cálculos administrativos, pero lleva mucho tiempo hacerlos de forma manual".