Estas infraestructuras se consideran esenciales porque su interrupción afectaría la seguridad o la salud pública, y la estabilidad económica. La infraestructura crítica incluye componentes físicos y virtuales que están interconectados y que son interdependientes.
La mayoría de los países y órganos de gobierno mantienen normas sobre cómo deben gestionarse las infraestructuras críticas. Por ejemplo, en Estados Unidos, organismos gubernamentales, como Department of Homeland Security (DHS), Cybersecurity and Infrastructure Security Agency (CISA), y Department of Energy (DOE) definen los reglamentos y normas relativos a la seguridad y gestión de las infraestructuras críticas. La Directiva de Política Presidencial 21 (PPD-21) promueve una unidad nacional de esfuerzos para fortalecer y mantener una infraestructura crítica segura, funcional y resiliente.
Es importante que quienes gestionen dichos sistemas conozcan las regulaciones más recientes, las prácticas recomendadas y las tecnologías para gestionar el bienestar de una infraestructura importante. Los sectores de infraestructura crítica nos rodean:
Sector energético: reactores nucleares, redes eléctricas, instalaciones de petróleo y gas natural, tuberías y almacenamiento de combustible.
Sector químico: fabricación petroquímica, producción agrícola química y distribución química.
Sector del transporte: aeropuertos, puertos marítimos, ferrocarriles, carreteras, puentes y sistemas de transporte público.
Sistemas de agua y aguas residuales: plantas de tratamiento de agua, embalses, presas, estaciones de bombeo y sistemas de alcantarillado.
Sector de las comunicaciones: redes de telecomunicaciones, proveedores de servicios de Internet y sistemas satelitales.
Sector de servicios financieros: bancos, bolsas de valores, sistemas de pago y cámaras de compensación.
Atención médica: hospitales, clínicas y cadenas de suministro médicas.
Servicios de emergencia: policía, departamentos de bomberos y sistemas de gestión de emergencias.
Alimentos y agricultura: granjas, instalaciones de procesamiento de alimentos, redes de distribución y sistemas de seguridad alimentaria.
Gobierno: base industrial de defensa, instalaciones del gobierno federal y sistemas de seguridad nacional.
Tecnología de la información: centros de datos, software y hardware críticos, sistemas de ciberseguridad e infraestructura de Internet.
Estas infraestructuras a menudo están interconectadas y las interrupciones en un sector pueden tener efectos en cascada en otros sectores, lo que genera consecuencias generalizadas.