Un servidor en la nube es una potente infraestructura física o virtual, alojada a distancia por un proveedor de servicios en la nube, que suministra aplicaciones, procesa información o proporciona almacenamiento de datos.
Algunos servidores en la nube se crean mediante el uso de software de virtualización que divide un solo servidor físico (bare metal) en varios servidores virtuales. Los proveedores de servicios en la nube utilizan un modelo de infraestructura como servicio (IaaS) para hacer que los servidores virtuales o bare metal estén disponibles para los clientes.
Con los servidores en la nube, las organizaciones solo pagan por lo que necesitan y reducen los gastos que conlleva el mantenimiento del hardware del servidor.
Los usuarios pueden escalar los recursos informáticos y de almacenamiento para satisfacer necesidades cambiantes. Esto resulta útil para organizaciones con necesidades fluctuantes.
Los servidores en la nube de una organización están conectados en red para garantizar una comunicación ininterrumpida y un despliegue rápido. Un “panel único” permite un control completo.
He observado o participado en las decisiones de compra de unos cuantos miles de clientes de servidores, desde propietarios de pequeñas empresas que crean un sitio web por primera vez hasta plataformas consolidadas con decenas de millones de visitas diarias. Aunque cada uno de esos compradores tenía diferentes requisitos y prioridades para un servidor en la nube, algunos factores decisivos clave fueron consistentes en esas decisiones:
¿Cuánto costará? ¿Qué configuración/tecnología es mejor? ¿Qué proveedor es el más fiable?
Todos los administradores de sitios web han tenido que responder a esas tres preguntas. Aunque parecen sencillas, acaban superponiéndose y la decisión de compra empieza a complicarse un poco más:
La suposición natural es que todos eligen un servidor en la nube que se encuentra en el “punto ideal” donde se superponen los tres círculos, pero las decisiones sobre el servidor no se toman en el vacío. Las decisiones de alojamiento completamente válidas pueden apuntar a todos los puntos de ese gráfico.
Dividamos el gráfico en algunas zonas distintas para ver por qué un usuario elegiría un servidor en cada área:
Se producen numerosas transiciones entre una decisión de compra inicial y una decisión de seguimiento.
Independientemente de cómo tome la decisión de compra inicial, cuando llegue el momento de adquirir el siguiente servidor en nube, habrá que tener en cuenta un nuevo factor: probablemente querrá crecer en el mismo lugar.
Moverse entre proveedores puede ser una molestia, la gestión de entornos entre varios proveedores es más difícil y si los servidores tienen que trabajar juntos, generalmente lo hacen a través de la Internet pública, por lo que no se obtiene el mejor rendimiento.
Si tuviera que elegir la zona que mejor describa su decisión de compra, ¿cuál sería?
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