A medida que el mundo se enfrenta a las realidades del cambio climático, la sostenibilidad ha pasado de ser una palabra de moda a un imperativo mundial. Los países, las comunidades y las empresas buscan formas de ralentizar el ritmo del cambio y reducir el impacto de las actividades humanas y empresariales en el medio ambiente. Hoy en día, los esfuerzos en pro de la sostenibilidad se ven condicionados por nuevas urgencias y nuevas tecnologías. Un informe de 2023 reveló que la inversión mundial en fuentes de energía ecológicas o bajas en carbono superó el billón de dólares,¹ mientras que las herramientas avanzadas de recopilación de datos y la inteligencia artificial (IA) están ayudando a monitorizar mejor las emisiones e informar la estrategia de sostenibilidad. Es importante comprender cómo los esfuerzos de sostenibilidad están afectando la política global, la estrategia empresarial y nuestras vidas de nuevas maneras.

La Comisión Brundtland de las Naciones Unidas definió una vez la sostenibilidad como "satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades".² La sostenibilidad es, en esencia, crear sistemas autosuficientes que causen el mínimo daño posible al medio ambiente y a la sociedad. La sostenibilidad en las empresas se refiere a la estrategia de una empresa para reducir el impacto ambiental negativo resultante de sus operaciones al tiempo que garantiza el crecimiento económico a largo plazo, la responsabilidad social y la protección de los recursos naturales y los ecosistemas.

Los debates sobre el tema suelen centrarse en tres áreas clave: sostenibilidad ambiental, sostenibilidad social y sostenibilidad económica.

La sostenibilidad medioambiental implica reducir las emisiones y nuestra huella ambiental para proteger los ecosistemas, la biodiversidad y los recursos naturales para las generaciones futuras. Se trata de pasar de prácticas insostenibles a alternativas más ecológicas, como la adopción de fuentes de energía renovables y el aumento de la eficiencia energética.

Qué están haciendo las empresas: las empresas están incorporando prácticas sostenibles en sus modelos de negocio. Están implementando medidas para reducir el uso de energía y adoptando alternativas de energía renovable siempre que sea posible para ayudar a los esfuerzos contra el calentamiento global. Las empresas pueden optimizar la logística reevaluando las prácticas de la cadena de suministro; por ejemplo, haciendo que el transporte y el envío sean más eficientes o utilizando solo proveedores que adopten prácticas sostenibles. También pueden minimizar los residuos cambiando los envases de un solo uso por materiales sostenibles y alternativas biodegradables o reciclables, reduciendo así la contribución a los vertederos.

Qué están haciendo los países: muchos países están llevando a cabo cambios en consonancia con los objetivos del Acuerdo de París, un tratado internacional histórico negociado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) de 2015 para limitar el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero. Están fomentando la transición de los combustibles fósiles a las fuentes de energía renovables, invirtiendo en infraestructura de energía renovable, como paneles solares, e implementando políticas para promover la eficiencia energética. Suecia, por ejemplo, aspira a prescindir de los combustibles fósiles en 2040, mientras que en Dinamarca más del 40 % de la electricidad se genera a partir de turbinas eólicas.. Los países y los organismos internacionales también están promoviendo iniciativas de protección ambiental destinadas a preservar la biodiversidad y los ecosistemas.

Qué están haciendo las comunidades: a escala local, individuos y comunidades están adoptando prácticas como el reciclaje y la jardinería urbana para reducir su impacto ambiental. También apoyan iniciativas de energía renovable y abogan por la conservación del medio ambiente.

La sostenibilidad social se centra en mejorar el bienestar de las personas y en tener un impacto positivo en las comunidades. Implica la responsabilidad social con las partes interesadas, incluidos los empleados, los clientes y las comunidades en las que operan las empresas. A menudo implica esfuerzos como prácticas de comercio justo, invertir en las economías locales, garantizar condiciones de trabajo seguras y cumplir con los parámetros ESG (ambientales, sociales y de gobierno).

Qué están haciendo las empresas: los programas de sostenibilidad corporativa a menudo incorporan objetivos de sostenibilidad social. Se centran en prácticas laborales éticas que promueven salarios justos, condiciones de trabajo seguras e igualdad de oportunidades para todos los empleados. También pueden invertir en educación, sanidad y otros servicios sociales en sus comunidades locales. Algunas empresas también se esfuerzan por satisfacer la creciente demanda de sostenibilidad por parte de los consumidores creando programas que permitan a sus clientes tomar decisiones más sostenibles, por ejemplo utilizando materiales reciclados y ofreciendo programas de devolución de productos obsoletos.

Qué están haciendo los países: países de todo el mundo están aplicando políticas que promueven la equidad social. Se centran en mejorar el acceso a la educación y la sanidad, promover los esfuerzos para proteger los derechos humanos y abordar problemas sociales como la pobreza y la desigualdad a través de programas sociales. Muchos buscan formas de mejorar la calidad de vida a través de una planificación urbana sostenible, que incluya la creación de viviendas asequibles, la mejora del transporte público y el desarrollo de espacios verdes. Los organismos nacionales e internacionales también pueden promover la sostenibilidad social a través de la preservación cultural y la transparencia gubernamental.

Que están haciendo las comunidades: las personas y las comunidades están participando en iniciativas de sostenibilidad, como los programas de viajes compartidos, que reducen la huella de carbono colectiva y fomentan un sentido de comunidad entre los participantes, o se ofrecen como voluntarios en proyectos locales que abordan la desigualdad, el desperdicio de alimentos y otros problemas. También pueden apoyar la sostenibilidad social a través de iniciativas de participación comunitaria dirigidas a comunidades marginadas o instituyendo programas de salud y bienestar.

La sostenibilidad económica consiste en fomentar el crecimiento y el desarrollo de una manera que beneficie tanto a los resultados de la empresa como al medio ambiente. Implica promover el crecimiento económico a largo plazo sin afectar negativamente a los aspectos sociales, ambientales y culturales de la comunidad. Esto podría incluir iniciativas como mejorar la gestión de la cadena de suministro para reducir los residuos y promover la eficiencia, o invertir en tecnologías o productos ecológicos, que pueden abrir nuevos mercados e impulsar el crecimiento de los ingresos.

Qué están haciendo las empresas: muchas empresas están haciendo que sus cadenas de suministro sean más sostenibles mediante el suministro responsable de los materiales, la reducción de los residuos y la promoción de prácticas laborales justas. Por ejemplo, los minoristas que persiguen objetivos de sostenibilidad económica pueden buscar productos fabricados con materiales reciclables y proveedores que garanticen salarios justos y condiciones de trabajo seguras en sus fábricas. En el sector agrícola, la sustitución de fertilizantes y pesticidas sintéticos por alternativas orgánicas puede ayudar a mantener la salud del suelo a largo plazo, permitiendo así la seguridad alimentaria para las generaciones futuras y reduciendo al mismo tiempo la huella medioambiental global.

Qué están haciendo los países : los países se esfuerzan por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que proporcionan una hoja de ruta para el crecimiento económico sostenible. Están invirtiendo en infraestructura sostenible, promoviendo la innovación e implementando políticas para promover el comercio justo. También pueden adoptar iniciativas educativas que promuevan la formación laboral y el desarrollo de habilidades para ayudar a los ciudadanos a adaptarse a un entorno económico cambiante.

Qué están haciendo las comunidades: las personas y las comunidades contribuyen al apoyar a las empresas locales y practicar el consumo responsable. Están invirtiendo en productos y servicios sostenibles y abogando por políticas económicas que promuevan la sostenibilidad. Muchos están creando una economía local compartida y adoptando prácticas económicas circulares (como el reciclaje y la valorización) para reducir los residuos.

Hoy en día, la tecnología desempeña un papel fundamental para ayudar a los países, las empresas y las comunidades a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad. Los sistemas con IA están ayudando a los agricultores a optimizar el riego y reducir el consumo de agua. La tecnología blockchain se está utilizando para proporcionar transparencia en la cadena de suministro, lo que garantiza que los productos se obtengan de forma sostenible. Estos avances tecnológicos no solo facilitan la implementación de soluciones sostenibles, sino que también las transforman en soluciones eficientes y rentables.

Tanto para las grandes corporaciones como para las empresas más pequeñas, la creciente necesidad de alcanzar objetivos ESG (medioambientales, sociales y de gobierno) y cumplir con una compleja red de requisitos obligatorios de información está impulsando el interés por mejores formas de capturar y analizar datos sobre emisiones y operaciones. Por ejemplo, una empresa que adopte prácticas empresariales sostenibles y quiera reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero puede invertir en formas de controlar el consumo de energía y hacer un seguimiento de las emisiones de carbono; de esta forma, puede optimizar el uso, identificar cómo pueden ayudar los equipos de eficiencia energética o las fuentes de energía limpia y cumplir más fácilmente los requisitos de información.

La sostenibilidad será una fuerza formativa en los próximos años; con las nuevas herramientas y tecnologías en la mano, las organizaciones pueden encontrar nuevas formas de utilizarla para alcanzar sus propios objetivos y un futuro más sostenible.

Alcanzar los objetivos de sostenibilidad de su organización requiere datos de calidad. Con el software de gestión de sostenibilidad IBM Envizi, obtiene una forma sencilla de capturar y rastrear datos dispares sobre iniciativas ESG en un solo lugar.

1 Global Low-Carbon Energy Technology Investment Surges Past $1 Trillion for the First Time. BloombergNEF. Enero de 2023.

2 Sostenibilidad. Naciones Unidas. enero de 2024.