Independientemente de que su sector se enfrente a retos derivados de conflictos geopolíticos, las secuelas de una pandemia mundial o la creciente agresividad en el espacio de la ciberseguridad, el vector de amenazas para las empresas modernas es innegablemente poderoso. Las estrategias de recuperación ante desastres proporcionan el marco para que los miembros del equipo vuelvan a poner en marcha una empresa después de un evento imprevisto.
La popularidad de las estrategias de recuperación ante desastres está aumentando en todo el mundo. El año pasado, las empresas gastaron 219 mil millones de dólares solo en ciberseguridad y soluciones, un aumento del 12 % con respecto a 2022, según un informe reciente de International Data Corporation (IDC) (enlace externo a ibm.com).
Una estrategia de recuperación ante desastres establece cómo responderán sus empresas a una serie de incidentes no planificados. Las estrategias sólidas de recuperación ante desastres consisten en planes de recuperación ante desastres (planes DR), planes de continuidad del negocio (BCP) y planes de respuesta a incidentes (IRP). Juntos, estos documentos ayudan a garantizar que las empresas están preparadas para hacer frente a una variedad de amenazas, como cortes de energía, ataques de ransomware y malware, desastres naturales y muchas más.
Los planes de recuperación ante desastres (DRP) son documentos detallados que describen cómo responderán las empresas a diferentes tipos de desastres. Por lo general, las empresas crean sus propios DRP o subcontratan su proceso de recuperación ante desastres a un proveedor externo de DRP. Junto con los planes de continuidad del negocio (BCP) y los planes de respuesta a incidentes (IRP), los DRP desempeñan un papel crucial en la eficacia de la estrategia de recuperación ante desastres.
Al igual que los DRP, los BCP y los IRP forman parte de una estrategia de recuperación ante desastres más amplia en la que una empresa puede confiar para ayudar a restablecer las operaciones normales en caso de desastre. Los BCP suelen tener una visión más amplia de las amenazas y las opciones de resolución que los DRP, centrándose en lo que una empresa necesita para restaurar la conectividad. Los IRP son un tipo de DRP que se centra exclusivamente en los ciberataques y las amenazas a los sistemas de TI. Los IRP describen claramente la respuesta de emergencia en tiempo real de una organización desde el momento en que se detecta una amenaza hasta su mitigación y resolución.
Las desastres pueden afectar a las empresas de distintas maneras, provocando todo tipo de problemas complejos. Desde un terremoto que afecte a la infraestructura física y a la seguridad de los trabajadores hasta una interrupción de los servicios en la nube que cierre el acceso al almacenamiento de datos confidenciales y a los servicios a los clientes, contar con una sólida estrategia de recuperación ante desastres ayuda a garantizar que las empresas se recuperen rápidamente. Estos son algunos de los mayores beneficios de crear una sólida estrategia de recuperación en caso de catástrofe:
Las estrategias de recuperación ante desastres más sólidas preparan a las empresas para hacer frente a una amplia variedad de amenazas. Una plantilla sólida para restablecer las operaciones normales puede ayudar a fomentar la confianza de los inversores y los clientes y aumentar la probabilidad de que se recupere de cualquier amenaza a la que se enfrente su empresa. Antes de entrar en los componentes reales de las estrategias de recuperación ante desastres, veamos algunos términos clave.
La planificación de la recuperación ante desastres comienza con un análisis profundo de sus procesos empresariales más cruciales, conocido como análisis de impacto empresarial (BIA) y evaluación de riesgos (RA). Aunque cada empresa es diferente y tendrá sus propias necesidades, hay varias medidas que puede tomar, independientemente de su tamaño o sector, que le ayudarán a garantizar una planificación eficaz de la recuperación ante desastres.
El análisis de impacto empresarial (BIA) es una evaluación cuidadosa de cada amenaza a la que se enfrenta su empresa, junto con los posibles resultados. Strong BIA analiza cómo las amenazas pueden afectar a las operaciones diarias, los canales de comunicación, la seguridad de los trabajadores y otras partes cruciales de su negocio. Algunos ejemplos de factores a tener en cuenta al realizar el BIA son la pérdida de ingresos, la duración y el coste del tiempo de inactividad, el coste de la reparación de la reputación (relaciones públicas), la pérdida de confianza de clientes o inversores (a corto y largo plazo) y las sanciones a las que podría enfrentarse debido a infracciones de cumplimiento causadas por una interrupción.
Las amenazas varían mucho según el sector y el tipo de negocio que tenga. Realizar un análisis de riesgos (RA) sólido es un paso crucial en la elaboración de su estrategia. Puede evaluar cada amenaza potencial por separado teniendo en cuenta dos cosas: la probabilidad de que ocurra y su posible impacto en las operaciones comerciales. Para ello, existen dos métodos ampliamente utilizados: el análisis cualitativo y el análisis cuantitativo de riesgos. El análisis cualitativo de riesgos se basa en el riesgo percibido y el análisis cuantitativo se realiza utilizando datos verificables.
La recuperación ante desastres se basa en tener una imagen completa de todos los activos que posee su empresa. Esto incluye hardware, software, infraestructura de TI, datos y cualquier otra cosa que sea crucial para las operaciones de su empresa. Estas son tres etiquetas muy utilizadas para categorizar sus activos:
La asignación clara de funciones y responsabilidades es posiblemente la parte más importante de una estrategia de recuperación ante desastres. Sin ella, nadie sabrá qué hacer en caso de desastre. Aunque las funciones y responsabilidades reales varían mucho según el tamaño de la empresa, el sector y el tipo de negocio, hay algunas funciones y responsabilidades que toda estrategia de recuperación debe contener:
Para garantizar la solidez de su estrategia de recuperación ante desastres, deberá ponerla en práctica constantemente y actualizarla con regularidad en función de cualquier cambio significativo. Por ejemplo, si su empresa adquiere nuevos activos después de la formación de su estrategia DRP, deberán incorporarse a su plan para garantizar que estén protegidos en el futuro. Las pruebas y el perfeccionamiento de su estrategia de recuperación ante desastres se pueden dividir en tres sencillos pasos:
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