Escalabilidad: crear soluciones puntuales que no se extienden a toda la empresa puede resultar costoso en términos de desarrollo, gestión y mantenimiento. Las aplicaciones deben concebirse de forma integral, teniendo en cuenta las líneas de negocio, los procesos y los entornos técnicos.
Integración: es fundamental poder conectar los servicios lógicos y de datos a la aplicación, tanto si están en las instalaciones, en la nube o en las configuraciones híbridas.
Reutilización: En 2018 se descargaron más de 105 mil millones de aplicaciones móviles.⁶ Muchas son, o pueden modificarse o combinarse, para aplicaciones empresariales. El uso de aplicaciones existentes acelera la obtención de valor y mejora la rentabilidad al aprovechar la experiencia y los conocimientos del sector incorporados a la aplicación.
Desarrollo basado en la nube: la nube ofrece una plataforma eficiente para desarrollar, probar y gestionar aplicaciones. Los desarrolladores pueden utilizar interfaces de programación de aplicaciones (API) para conectar las aplicaciones a los datos de back-end y centrarse en las funciones de front-end. Pueden agregar autenticación para reforzar la seguridad y acceder a servicios cognitivos y de inteligencia artificial (IA).
Gestión de movilidad: a medida que se implementa la tecnología móvil, las organizaciones recurren a soluciones de gestión de la movilidad empresarial (EMM) para configurar dispositivos y aplicaciones, realizar un seguimiento del uso y los inventarios de dispositivos, controlar y proteger los datos, así como prestar asistencia y solucionar problemas.
BYOD: Bring your own device (BYOD) es una política de TI que permite a los empleados utilizar dispositivos personales para acceder a los datos y sistemas. Si se adopta eficazmente, el BYOD puede mejorar la productividad, aumentar la satisfacción de los empleados y ahorrar dinero. Al mismo tiempo, plantea asuntos de seguridad y gestión de dispositivos que deben abordarse.
Seguridad: La batalla de la seguridad móvil es desalentadora en términos de volumen y complejidad. La inteligencia artificial (IA) se perfila como un arma clave para distinguir anomalías de seguridad en grandes cantidades de datos. Puede ayudar a detectar y corregir incidentes de malware o recomendar acciones para cumplir los requisitos normativos desde un panel central.
Edge computing: Una de las principales ventajas del 5G es que puede acercar las aplicaciones a sus fuentes de datos o servidores de borde. La proximidad a los datos en su origen puede aportar ventajas a la red, como mejores tiempos de respuesta y mayor disponibilidad de ancho de banda. Desde un punto de vista empresarial, la computación edge ofrece la oportunidad de realizar análisis de datos más exhaustivos y obtener información más profunda con mayor rapidez.