Este sencillo ejemplo destaca varias formas en que las implementaciones de RPA pueden fallar:
Solo se abordó una parte del proceso: el aprovisionamiento al pago y el pedido al efectivo son algunos de los procesos más complejos de la organización moderna, que abarcan múltiples departamentos y partes interesadas externas, y comprenden largas cadenas de tareas interdependientes. Abordar sólo una parte del proceso puede suponer cierto alivio, pero si hay cuellos de botella en otras partes del proceso, la mejora global puede ser mínima o inexistente.Una solución aislada en una parte del proceso puede incluso crear nuevos problemas o cuellos de botella en fases anteriores o posteriores.
La automatización se aplicó a un proceso incorrecto: este proceso implicaba facturas en papel, que podían haberse enviado por correo a la organización, clasificarse en la sala de correo, transferirse al contacto del cliente y, quizás, perderse durante un tiempo en un escritorio desordenado antes de pasarse físicamente a Contabilidad. La automatización de la extracción de datos de esas facturas ha hecho muy poco para acelerar todo el ciclo P2P. Todo el proceso necesitaba replantearse antes de aplicar cualquier automatización.
Los KPI no eran claros: los líderes de la organización sabían que había un problema, pero no pensaron en qué mejora querían ver. En lugar de especificar un resultado deseado y KPI medibles, simplemente aplicaron RPA como un parche a una de las fuentes más visibles de ineficiencia. Al retroceder y examinar todo el proceso, podrían haber identificado todas las ineficiencias, decidido cómo solucionarlas y calculado el ROI de cada solución antes de actuar.
El uso de herramientas ad hoc hizo que la automatización fuera insostenible: el bot fue creado por una persona de finanzas curiosa por la tecnología utilizando una herramienta RPA de bajo código. Encontraron que el software era fácil de usar, pero ese conocimiento se les fue cuando se marcharon. Esto no solo llevó a que el bot se rompiera, sino que también se perdió la oportunidad de escalar el uso de RPA para abordar otras ineficiencias.
Faltaba una gobernanza continua: dado que el bot se creó e implementó de forma ad hoc y no como parte de una estrategia de automatización, nadie (ni ningún sistema de monitoreo) lo vigilaba, por lo que nadie podía predecir que una actualización del sistema financiero lo estropearía.