Simplifica la implementación y ayuda a minimizar el riesgo de pérdida o fuga de información confidencial.
Reduce el número de claves de cifrado y consolida la gestión de claves de cifrado; reduce la sobrecarga administrativa.
Facilita la conformidad con los estándares normativos que requieren un robusto cifrado por hardware como Sarbanes-Oxley (SOX) y la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguros Médicos (HIPAA).