La seguridad en la nube incluye una serie de procedimientos y tecnologías diseñados para hacer frente a las amenazas externas e internas, que ponen en riesgo la seguridad empresarial. Las organizaciones necesitan de la seguridad en la nube a medida que avanzan hacia su estrategia de transformación digital e incorporan herramientas y servicios basados en la nube como parte de su infraestructura.
Los términos "transformación digital" y "migración hacia la nube" se han utilizado regularmente en entornos empresariales durante los últimos años. Si bien ambas frases pueden significar cosas diferentes para las organizaciones, cada una está impulsada por un denominador común: la necesidad de cambio.
A medida que las empresas adoptan estos conceptos y avanzan hacia la optimización de su enfoque operativo, nuevos desafíos aparecen al tratar de equilibrar los niveles de productividad y seguridad. Si bien las tecnologías más modernas ayudan a las organizaciones a desarrollar capacidades fuera de los límites de la infraestructura local, la transición principalmente hacia entornos basados en la nube puede tener varias implicaciones si no se realiza de manera segura.
Lograr el equilibrio adecuado requiere de comprender cómo las empresas modernas pueden beneficiarse del uso de tecnologías de nube interconectadas, mientras implementan las mejores prácticas de seguridad.
La "nube" o, más específicamente, la "computación en la nube" se refiere al proceso de acceder a recursos, software y bases de datos a través de Internet y fuera de los límites de las restricciones de hardware local. Esta tecnología hace que las organizaciones sean más flexibles a la hora de escalar sus operaciones al descargar parte (o la mayoría) de la gestión de su infraestructura a proveedores de alojamiento externos.
Los servicios de computación en la nube más comunes y ampliamente adoptados son:
Las empresas modernas cuentan con una transición creciente a entornos basados en la nube y modelos de computación IaaS, Paas o SaaS. La naturaleza dinámica de la gestión de la infraestructura, especialmente en el escalado de aplicaciones y servicios, puede plantear una serie de desafíos a las empresas a la hora de dotar de recursos adecuados a sus departamentos. Estos modelos como servicio brindan a las organizaciones la capacidad de reducir muchas de las tareas relacionadas con TI que consumen mucho tiempo.
A medida que las empresas continúan migrando a la nube, comprender los requisitos de seguridad para mantener la integridad de los datos es fundamental. Si bien los proveedores de computación en la nube externos pueden asumir la gestión de esta infraestructura, la responsabilidad de la seguridad y de los activos de datos no necesariamente se transfiere.
De manera predeterminada, la mayoría de los proveedores de la nube siguen las mejores prácticas de seguridad y toman medidas activas para proteger la integridad de sus servidores. Sin embargo, las organizaciones deben tener sus propias consideraciones al proteger los datos, las aplicaciones y las cargas de trabajo que se ejecutan en estos sistemas.
Las amenazas a la seguridad se han vuelto más avanzadas a medida que el panorama digital continúa evolucionando. Estas amenazas se dirigen explícitamente a los proveedores de computación en la nube debido a la falta general de visibilidad de una organización en el acceso y movimiento de datos. Si no se toman medidas activas para mejorar su seguridad en la nube, las organizaciones pueden enfrentar riesgos significativos para la administración y la conformidad normativa de la información del cliente, independientemente de dónde esté almacenada.
La seguridad en la nube debe ser un tema importante a discutir, independientemente del tamaño de su empresa. La infraestructura en la nube es compatible con casi todos los aspectos de la informática moderna en todas las industrias y en múltiples verticales.
Sin embargo, la adopción exitosa de la nube depende de la implementación de medidas de protección adecuadas para defenderse de los ciberataques. Independientemente de si su organización opera en un entorno de nube pública, privada o híbrida, las soluciones de seguridad y las mejores prácticas de la nube son una necesidad para garantizar la continuidad del negocio.
Falta de visibilidad
Es fácil perder la noción de cómo y quién accede a sus datos, ya que se accede a muchos servicios en la nube fuera de las redes corporativas y a través de terceros.
Multi-inquilino
Los entornos de nube pública albergan múltiples infraestructuras de clientes bajo el mismo entorno, por lo que es posible que sus servicios alojados se vean comprometidos por atacantes malintencionados como daño colateral cuando se dirigen a otras empresas.
Gestión de accesos y shadow IT
Si bien las empresas pueden gestionar y restringir con éxito los puntos de acceso en los sistemas locales, gestionar estos mismos niveles de restricciones puede ser un desafío en entornos de nube. Esto puede ser peligroso para las organizaciones que no implementan políticas para utilizar sus propios dispositivos (BYOD) y permiten el acceso sin filtros a los servicios en la nube desde cualquier dispositivo o ubicación geográfica.
Conformidad
La gestión de la conformidad normativa suele ser una fuente de confusión para las empresas que utilizan implementaciones en la nube pública o híbrida. La responsabilidad principal para la privacidad y la seguridad de los datos aún recae en la empresa, y depender demasiado de las soluciones de terceros para administrar este componente puede generar problemas de cumpimiento normativo que serían costosos.
Configuraciones incorrectas
Los activos mal configurados representaron el 86 % de los registros violados en 2019, lo que convierte a la persona interna involuntaria en un problema clave para los entornos de computación en la nube. Las configuraciones incorrectas pueden incluir dejar las contraseñas administrativas predeterminadas en su lugar o no crear la configuración de privacidad adecuada.
Gestión de accesos e identidades (IAM)
Las herramientas y los servicios de gestión de accesos e identidades (IAM) permiten a las empresas implementar protocolos de aplicación basados en políticas para todos los usuarios que intentan acceder a servicios locales y basados en la nube. La funcionalidad central de IAM es crear identidades digitales para todos los usuarios para que puedan ser supervisados activamente y restringidos cuando sea necesario durante todas las interacciones de datos.
Prevención de pérdida de datos (DLP)
Los servicios de prevención de pérdida de datos (DLP) ofrecen un conjunto de herramientas y servicios diseñados para garantizar la seguridad de los datos regulados en la nube. Las soluciones DLP utilizan una combinación de alertas de corrección, cifrado de datos y otras medidas preventivas para proteger todos los datos almacenados, ya sea en reposo o en movimiento.
Información de seguridad y gestión de eventos (SIEM)
La información de seguridad y gestión de eventos (SIEM) proporciona una solución integral de orquestación de seguridad que automatiza la supervisión, la detección y la respuesta de amenazas en entornos basados en la nube. Mediante el uso de tecnologías impulsadas por inteligencia artificial (AI) para correlacionar los datos de registro en múltiples plataformas y activos digitales, la tecnología SIEM brinda a los equipos de TI la capacidad de aplicar con éxito sus protocolos de seguridad de red mientras pueden reaccionar rápidamente ante cualquier amenaza potencial.
Continuidad del negocio y recuperación de desastres
Independientemente de las medidas preventivas que las organizaciones tengan implementadas para sus infraestructuras locales y basadas en la nube, aún pueden ocurrir brechas de seguridad de datos e cortes disruptivos. Las empresas deben poder reaccionar rápidamente ante las vulnerabilidades recién descubiertas o las interrupciones importantes del sistema lo antes posible. Las soluciones de recuperación de desastres son un elemento básico en la seguridad de la nube y brindan a las organizaciones las herramientas, los servicios y los protocolos necesarios para acelerar la recuperación de los datos perdidos y reanudar las operaciones comerciales normales.
La forma de abordar la seguridad en la nube es diferente para cada organización y puede depender de distintas variables. Sin embargo, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) ha elaborado una lista de las mejores prácticas que se pueden seguir para establecer un marco de computación en la nube seguro y sostenible.
El NIST ha creado los pasos necesarios para que todas las organizaciones autoevalúen su preparación en materia de seguridad y apliquen las medidas de seguridad preventivas y de recuperación adecuadas en sus sistemas. Estos principios se basan en los cinco pilares del NIST de un marco de ciberseguridad: identificar, proteger, detectar, responder y recuperar.
Otra tecnología emergente en seguridad en la nube que respalda la ejecución del marco de ciberseguridad del NIST es la gestión de la postura de seguridad en la nube (CSPM). Las soluciones CSPM están diseñadas para abordar una falla común en muchos entornos de nube: configuraciones incorrectas.
Las infraestructuras en la nube que siguen estando mal configuradas por las empresas o incluso por los proveedores de la nube pueden generar varias vulnerabilidades que aumentan significativamente el alcance de un ataque a una organización. CSPM aborda estos problemas ayudando a organizar e implementar los componentes centrales de la seguridad en la nube. Estos incluyen administración de identidad y acceso (IAM), administración de cumplimiento normativo, monitoreo de tráfico, respuesta a amenazas, mitigación de riesgos y administración de activos digitales.
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