Vamos a replantear DevOps de TI

"Muchas empresas existen gracias a las aplicaciones, lo que significa que el rendimiento de estas es la medición más importante, aparte de los ingresos", señala Chris Farrell, vicepresidente de software de servicios de valor de automatización de IBM. "Cuando su aplicación es la base de su negocio, la velocidad es a la vez un arma y un indicador representativo de la calidad de su aplicación".

En este mundo de hiperimplementación, Farrell afirma que es fundamental que las organizaciones "cambien el libreto" acerca de cómo piensan lograr una integración continua y una entrega continua (CI/CD). "En lugar de hablar del número de días entre implementaciones, debería estar hablando del número de actualizaciones por periodo de tiempo", señala. "Cuanto más corto sea el periodo de tiempo, más avanzará".

La serie "Rethink & Automate" de IBM invita a los líderes a replantear los procesos de negocio y TI más comunes desde una perspectiva completamente nueva y adoptando la automatización. El proceso típico de DevOps es un conjunto cíclico de ocho pasos: planificación, codificación, creación y prueba, seguido del lanzamiento, la implementación, la operación y la supervisión. Cuando uno de los ocho pasos se ralentiza, toda la línea de trabajo se ralentiza.

"Fuera del mundo "digital nativo", la mejora de la velocidad puede ser incluso más importante para las grandes empresas tradicionales", señala Hans A.T. Dekkers de IBM en "The speed of smarter architecture" (PDF, 696 KB), un documento publicado por el IBM Institute for Business Value. "Cuando vemos el promedio de vida de las empresas en la caída del indicador S&P 500 de 60 años (en la década de 1960) a menos de 20 años (hoy), con una tendencia acelerada hacia un volumen de negocios aún más alto, estamos viendo los efectos de tener velocidad, o de carecer de ella".

Para lograr CI/CD, los desarrolladores necesitan crear una vez, implementar en cualquier lugar y gestionar la línea de trabajo constantemente. Así es como Farrell rediseñaría el ciclo típico mediante la automatización, señalando que cualquier mejora requiere "un compromiso completo con DevOps y un deseo de alcanzar y lograr la entrega continua".

Pase de la supervisión a la observabilidad

"Esto puede sorprender a la gente, pero si yo tuviera que rediseñar el proceso de DevOps desde cero, primero centraría mi atención en el último paso: la supervisión", reconoce Farrell. "Es necesario deshacerse de las herramientas del espacio de supervisión tradicional y pasar a la observabilidad lo más rápido posible. Recuerde que, si aplica observabilidad a más cargas de trabajo, mayor será la velocidad y la precisión con la que cualquier miembro de operaciones podrá llegar a la causa raíz de un problema, sin involucrar a los desarrolladores y a otros expertos en la materia".

En TI, la observabilidad se refiere a las herramientas y prácticas de software para agregar, correlacionar y analizar un flujo de datos de rendimiento constante a partir de una aplicación distribuida, junto con el hardware y la red en la que se ejecuta, para que pueda solucionar y depurar de forma más eficaz la aplicación y la red. La observabilidad es una evolución natural de la supervisión del rendimiento de aplicaciones (APM) para abordar mejor la naturaleza cada vez más rápida, distribuida y dinámica de las implementaciones de aplicaciones nativas en la nube.

Además de la supervisión, cada paso del proceso de DevOps ya cuenta con muchas herramientas que aceleran, integran y automatizan el proceso. "Las herramientas de supervisión tradicionales tienen dificultades para trabajar con las líneas de trabajo aceleradas y los lotes de tecnología moderna, específicamente porque la configuración manual, la reconfiguración o la reimplementación ralentizan todo", explica Farrell. La plataforma de observabilidad facilita la comprensión gracias a la visibilidad con contexto y se ajusta a cualquier cambio en tiempo real, lo que significa que siempre está actualizada.

La observabilidad también vincula las aplicaciones y la infraestructura, lo que es necesario ya que las líneas divisorias entre el código de aplicación, la infraestructura basada en código y el lote de hardware se difuminan. "Si se piensa en la necesidad de velocidad en toda la línea de trabajo, las plataformas tienen que ser capaces de ser tan flexibles y rápidas como el propio código de aplicación", afirma Farrell.

Automatice la observabilidad para obtener más velocidad y resultados

"La necesidad de apostar por la observabilidad es absoluta, pero tiene que ser automatizada", dice Farrell. Una plataforma de observabilidad automatizada con un motor de análisis permite a la propia plataforma ofrecer comprensión, recomendaciones y resolución de problemas. Ya no tendrá que dedicar tiempo a diagnosticar problemas, se hace automáticamente.

La automatización en el proceso de DevOps de TI proporciona una serie de otros beneficios más allá de la velocidad. La retroalimentación continua significa que los desarrolladores pueden actuar de manera rápida y decidida para garantizar la mejora continua. La detección de errores mejorada permite a los desarrolladores resolver problemas antes de que los errores provoquen lo que Farrell describe como impactos "catastróficos". Y, por último, la integración del sistema mejora la colaboración del equipo, lo que permite a todos los profesionales de TI y DevOps de un equipo cambiar el código, responder a los comentarios y resolver los problemas sin ralentizar a sus compañeros.

De acuerdo con el informe DORA 2018 Accelerate: State of DevOps (enlace externo a ibm.com) (PDF, 1.8 MB), las "organizaciones de altísimo rendimiento" implementan códigos con una frecuencia 46 veces mayor, tienen un plazo de entrega 2,555 veces más rápido desde el compromiso hasta la implementación, una tasa de error de cambio 7 veces menor, y se recuperan 2,604 veces más rápido en caso de incidentes. Puede ver el beneficio exponencial de las implementaciones más frecuentes que llevan a lanzamientos acelerados de software nuevo y resoluciones de incidentes miles de veces más rápidas. "Una de mis correlaciones favoritas es la reducción de la tasa de fallo de cambio, incluso cuando se implementa más rápido", señala Farrell.

Cuando las organizaciones automatizan los ocho pasos del proceso, pueden esperar una mayor calidad y una mayor satisfacción del cliente. Pero Farrell confiesa que su beneficio favorito es la velocidad. "Un claro ejemplo que vi fue en un banco, donde tardaban aproximadamente de 10 a 12 meses desde que tenían una idea de un producto hasta su implementación. Una vez que establecieron sus nuevos procesos de DevOps, este plazo cambió a dos semanas", explica. "Se ven resultados absolutos y directos de éxito en el mercado".