Para VLI, se requieren 8,000 kilómetros de vagones, 100 locomotoras, 6,700 vagones ferroviarios, ocho terminales intermodales, cuatro puertos de envío estratégicamente ubicados, 8,000 empleados y 1,000 contratistas.
Tan complejos como son la logística y el transporte, los desafíos se extienden mucho más allá del simple traslado de productos del Punto A al Punto B. Como propietario y operador de un sistema logístico integrado por rieles, puertos y terminales, VLI debe abordar innumerables regulaciones gubernamentales relacionadas con el cumplimiento, la seguridad física, la seguridad industrial y otros factores.
Para cumplir con las regulaciones ferroviarias establecidas por el regulador nacional de Brasil para el sector de transporte terrestre, la Agencia Nacional de Transporte Terrestres (ANTT), VLI debe demostrar cómo gestiona sus trenes y ferrocarriles de forma segura. Además, en 2014, la empresa estaba organizada como una empresa de tenencia, un modelo de negocio sujeto a numerosas leyes y regulaciones de gobernanza, además de ciertas reglas operativas y de seguridad que deben seguirse.
"Somos una empresa sujeta a muchas regulaciones gubernamentales", explica Thiago Galvao, director de seguridad de la información (CISO) en VLI. "En Brasil, las regulaciones portuarias nos exigen tener controles y procesos específicos relacionados con la seguridad. En definitiva, las regulaciones están relacionadas con la tecnología, por lo que la gestión de identidades es importante para mí".