Según Cisco, el 80 % de los empleados de la empresa utilizan la TI invisible. Los empleados individuales adoptan a menudo la TI invisible por su comodidad y productividad: creen que pueden trabajar de forma más eficiente o eficaz al utilizar sus dispositivos personales y su software preferido, en lugar de los recursos de TI autorizados de la empresa. Otro estudio, citado por el IBM Institute for Business Value, descubrió que el 41 % de los empleados adquirían, modificaban o creaban tecnología sin el conocimiento de su equipo de TI/SI.
Esto no ha hecho más que aumentar con la generalización del uso de la tecnología por parte de los consumidores y, más recientemente, con el auge del teletrabajo. El software como servicio (SaaS) permite a cualquier persona con una tarjeta de crédito y un mínimo de conocimientos técnicos implementar sofisticados sistemas de TI para la colaboración, la gestión de proyectos, la creación de contenido y más. Las políticas de bring your own device (BYOD) de las organizaciones permiten a los empleados utilizar sus propios ordenadores y dispositivos móviles en la red corporativa. Pero incluso con un programa formal de BYOD, los equipos de TI suelen carecer de visibilidad sobre el software y los servicios que los empleados utilizan en el hardware BYOD, y puede ser difícil hacer cumplir las políticas de seguridad de TI en los dispositivos personales de los empleados.
Pero la TI invisible no siempre es el resultado de que los empleados actúen solos: los equipos también adoptan las aplicaciones de TI invisible. Según Gartner, el 38 % de las compras de tecnología son gestionadas, definidas y controladas por los líderes empresariales en lugar de por TI. Los equipos desean adoptar nuevos servicios cloud, aplicaciones SaaS y otras tecnologías de la información, pero a menudo consideran que los procesos de compras implantados por el departamento de TI y el CIO son demasiado engorrosos o lentos. Así que eluden las TI para conseguir la nueva tecnología que desean. Por ejemplo, un equipo de desarrollo de software podría adoptar un nuevo entorno de desarrollo integrado sin consultar al departamento de TI, puesto que el proceso de aprobación formal retrasaría el desarrollo y haría que la empresa perdiera una oportunidad de mercado.