Una vez que haya identificado los procesos manuales clave que debe automatizar, puede empezar a crear flujos de trabajo digitales. Algunas áreas habituales para la implementación de flujos de trabajo digitales son los procesos de recursos humanos, como la incorporación de empleados, los procesos empresariales, como la introducción de datos, y los procesos financieros, como la aprobación de facturas. Existe software de flujo de trabajo digital especializado en cada una de estas operaciones empresariales específicas.
Es posible que su nuevo flujo de trabajo digital no funcione a la perfección a la primera, y no pasa nada. Una vez que se ha digitalizado un proceso en particular, es aconsejable realizar auditorías periódicas del proceso para asegurarse de que el flujo de trabajo funciona según lo previsto y genera una mayor eficiencia.
Por ejemplo, si está utilizando un software de automatización para filtrar los currículos de posibles candidatos pero se da cuenta de que está pasando por alto a candidatos con talento, es posible que tenga que comprobar y ajustar las métricas y las palabras clave que el software ha sido entrenado para marcar.
Después de implementar el proceso, es importante seguir optimizando los flujos de trabajo a medida que evolucionan las necesidades y las tecnologías empresariales.