La descarbonización es tanto un método de mitigación del cambio climático como el proceso de reducir significativamente o eliminar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero (GEI) de la atmósfera.
Para evitar que la temperatura global caliente más de 1,5 °C (2,7 °F) por encima de los niveles preindustriales, muchos países han establecido objetivos para alcanzar cero emisiones netas de GEI en 2050. El cero neto es el punto en el que las emisiones de GEI que entran en la atmósfera se equilibran con una cantidad equivalente eliminada de la atmósfera. Se necesitan esfuerzos rápidos de descarbonización para lograr emisiones cero netas.
Como primer paso, la descarbonización requiere una reducción drástica de la liberación de emisiones de GEI de las actividades humanas a la atmósfera. En el caso de las emisiones residuales que no pueden eliminarse, hay que tomar medidas para expulsarlas de la atmósfera.
El término "descarbonización" generalmente incluye todas las emisiones de GEI, como el dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hexafluorida de azufre, trifluoruro de nitrógeno, perfluorocabones e hidrofluorocarburos. La potencia de los GEI se mide por su potencial de calentamiento global, expresado en equivalentes de CO2.
Cuantas más emisiones de gases de efecto invernadero se añaden a la atmósfera, más se calienta el planeta. Cuanto más se caliente el planeta, más significativos serán los impactos del cambio climático.
En 2015, casi 200 países se comprometieron con el Acuerdo de París con el objetivo declarado de limitar el calentamiento de la Tierra por debajo de 2 °C (3,6 °F) por encima de los niveles preindustriales. Las Partes acordaron que proseguir los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales reduciría significativamente los riesgos e impactos del cambio climático.
En su Informe sobre la brecha de emisiones de 2022, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio ambiente destacó la urgente necesidad de reducir las emisiones globales de GEI. Según el informe, para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, las emisiones deben reducirse en un 45 % en los próximos ocho años, en comparación con las políticas de reducción actuales. Además, el informe de las Naciones Unidas deja claro que más allá de 2030, las reducciones de carbono deben seguir disminuyendo rápidamente para evitar agotar el limitado presupuesto atmosférico restante.
Reducir las emisiones globales a través de una descarbonización profunda es vital para alterar la trayectoria del cambio climático que ha causado la actividad humana.
Las organizaciones toman decisiones al formular su estrategia de descarbonización en función de lo que tiene sentido para el negocio, las oportunidades que existen y lo que pueden implementar de manera factible. Basándose en estos criterios, las organizaciones pueden adoptar varias estrategias clave:
La eficiencia energética es el primer combustible, el combustible que no tiene que usar1. Buscar internamente para eliminar el despilfarro de energía e identificar oportunidades para aumentar la eficiencia puede ayudar a ahorrar recursos y reducir las emisiones del sistema energético. El software de monitorización de rendimiento puede identificar problemas de uso de energía que la supervisión manual y humana podría pasar por alto. Se puede utilizar otro software para comparar el rendimiento de los activos con los indicadores clave de rendimiento (KPI) y poner de relieve las áreas en las que puede reducirse el consumo de energía. Además, al renovar o actualizar los equipos, se debe seleccionar tecnología energéticamente eficiente.
La electrificación es el proceso de reemplazar las tecnologías que utilizan combustibles fósiles con tecnologías que utilizan la electricidad como fuente de energía limpia. Ejemplos de procesos que soportan estas tecnologías: calefacción, refrigeración, ventilación, transporte y fabricación.
Cambiar a combustibles bajos en carbono o fuentes de energía renovable sin carbono es algo que las organizaciones pueden hacer hoy en día. Este cambio podría adoptar la forma de instalación de tecnologías de generación de energía renovable, como la energía solar, en todo el portfolio de propiedades de la organización, o de acuerdos contractuales para obtener energía renovable de los proveedores de energía. Ejemplos de fuentes de energía libres de carbono: energía eólica, solar, hidroeléctrica y biomasa.
Al involucrar a los proveedores de toda la cadena de suministro, las organizaciones pueden colaborar para acelerar la descarbonización (PDF).
Será muy difícil, si no imposible, eliminar todas las emisiones de GEI derivadas de las actividades humanas, por lo que para llegar a cero emisiones netas será necesario eliminar las emisiones residuales mediante procesos naturales o soluciones tecnológicas. Una de estas tecnologías, denominada captura y almacenamiento de carbono, consiste en capturar las emisiones de los procesos antes de que se liberen a la atmósfera y, a continuación, almacenarlas de forma segura y permanente bajo tierra o ponerlas a disposición para su posterior procesamiento. Otra tecnología es la captura directa de aire, que absorbe el dióxido de carbono del aire mediante ventiladores que mueven el aire sobre sustancias que se unen específicamente al dióxido de carbono.
Hoy en día, la reducción de las emisiones de GEI es un pilar clave en las estrategias de sostenibilidad de la mayoría de las organizaciones y en los informes medioambientales, sociales y de gobierno (ESG). A continuación, se presentan los procesos clave que las empresas deben seguir en la gestión de datos al establecer y realizar el seguimiento de los objetivos de descarbonización:
Antes de embarcarse en un viaje de reducción de emisiones, las organizaciones deben comprender primero el impacto de sus operaciones y establecer las bases con las que se medirá el progreso. Los datos son necesarios para completar estos pasos, por lo que las decisiones estratégicas e iniciales ayudan a maximizar el valor de estos datos. Estas decisiones incluyen qué datos deben recopilarse, dónde deben almacenarse, cómo deben estructurarse y gestionarse los datos y cómo garantizar su integridad y la preparación para la auditoría. Establecer líneas de base y criterios claros para medir el rendimiento (por ejemplo, la reducción del consumo energético y de las emisiones de GEI) permite realizar la evaluación del rendimiento e impulsar mejoras.
El siguiente paso es determinar qué objetivo alcanzar y cuándo. Algunos ejemplos de objetivos incluyen impulsar las operaciones de una empresa con electricidad 100 % renovable, obtener el 100 % de la energía que una empresa consume de fuentes renovables y lograr cero emisiones netas de GEI en un plazo que sea coherente con las recomendaciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático para limitar el calentamiento de la Tierra a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Haga públicos sus compromisos, indicando claramente su alcance y cómo planea medir el progreso.
Una vez establecido el objetivo, debe empezar la ejecución. La ejecución puede empezar por traducir el objetivo organizativo de alto nivel en medidas prácticas hasta llegar al nivel de los activos individuales, como los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado. Hay muchas dimensiones que se pueden considerar al desglosar un objetivo, como el tipo de activo, la fuente de emisiones y la ubicación. Cualquiera que sea el enfoque seleccionado, es importante que se identifiquen los datos necesarios para medir el progreso, que la estructura de datos coincida y que se implementen mecanismos de informes de datos.
Solo con la disponibilidad de datos reales y creíbles, una organización puede ser eficaz para identificar dónde están superando las expectativas o dónde se están reduciendo. Una plataforma de gestión de datos superior debe ser una herramienta que ayude a tomar decisiones estratégicas.
Muchas organizaciones están aprovechando la oportunidad de informar sobre su rendimiento ambiental como diferenciador competitivo clave. Ejemplos de KPI ambientales incluyen la reducción de emisiones de GEI y la eficiencia en el uso de energía y agua. Para otros, el aumento de los requisitos normativos y las expectativas de las partes interesadas en cuanto a la información sobre el desempeño en materia de sostenibilidad están generando más informes. En cualquier caso, la generación de informes requiere una base de datos sólida. Debe ser sólido y estar configurado para respaldar diversas motivaciones y marcos de presentación de informes.
1 “Energy efficiency is the first fuel, and demand for it needs to grow,”. IEA. Brian Motherway. Diciembre de 2019.