Las empresas siguen avanzando hacia infraestructuras de TI digitalizadas y basadas en la nube. Los sistemas digitales permiten una flexibilidad, escalabilidad y velocidad sin precedentes en comparación con sus homólogos locales más tradicionales.
Sin embargo, las infraestructuras digitales dependen en gran medida de las interfaces de programación de aplicaciones (o API) para facilitar las transferencias de datos entre las aplicaciones de software y entre las aplicaciones y los usuarios finales. Las API, que son el marco de la mayoría de las aplicaciones web y móviles, están orientadas a Internet y, por tanto, son vulnerables a los ataques. Además, dado que muchas API almacenan y transfieren datos confidenciales, requieren protocolos de seguridad sólidos y prácticas de monitorización atentas para evitar que la información caiga en las manos equivocadas.
La seguridad de las API se refiere al conjunto de prácticas y productos que una organización utiliza para prevenir los ataques maliciosos y el uso indebido de las API. Dada la complejidad de los ecosistemas de API, el crecimiento de las plataformas IoT y el gran volumen de API que utilizan las organizaciones (alrededor de 20 000 de media [enlace externo a ibm.com]), controlar la seguridad de las API es cada vez más difícil y necesario.
Las API se sitúan entre los recursos informáticos de una organización y los desarrolladores de software de terceros, y entre los recursos informáticos y las personas, proporcionando datos e información en los endpoints del proceso. Es en estos endpoints donde los datos de la empresa y de los usuarios son vulnerables a diversos tipos de ataques y riesgos de seguridad, entre ellos:
Estos y otros tipos de ciberataques son prácticamente inevitables en el dinámico panorama de TI actual. Además, con la proliferación de los ciberdelincuentes y su acceso a tecnologías de piratería más sofisticadas, la aplicación de protocolos de seguridad de las API será cada vez más crucial para la seguridad de los datos empresariales.
Las API permiten a las empresas agilizar la integración entre sistemas y el intercambio de datos, pero esta interconectividad conlleva una mayor exposición a los ciberataques. De hecho, la mayoría de los hackeos de aplicaciones móviles y web atacan las API para acceder a los datos de la empresa o de los usuarios. Las API pirateadas o comprometidas pueden provocar vulneraciones de datos catastróficas e interrupciones del servicio que pongan en peligro datos personales, financieros y médicos confidenciales.
Afortunadamente, los avances en la seguridad de las API permiten prevenir o mitigar el impacto de los ciberataques de actores malintencionados. Estas son 11 prácticas y programas de seguridad de API comunes que las organizaciones pueden aprovechar para proteger los recursos informáticos y los datos de los usuarios:
Entre las medidas de seguridad de las API existentes, la IA ha surgido como una herramienta nueva (y potencialmente poderosa) para reforzarlas. Por ejemplo, las empresas pueden aprovechar la IA para detectar anomalías en los ecosistemas de API. Una vez que un equipo ha establecido una línea de base del comportamiento normal de la API, puede utilizar la IA para identificar desviaciones del sistema (como patrones de acceso inusuales o solicitudes de alta frecuencia), señalar posibles amenazas y responder inmediatamente a los ataques.
Las tecnologías de IA también pueden permitir el modelado automatizado de amenazas. Utilizando datos históricos de API, la IA puede crear modelos de amenazas para predecir vulnerabilidades y amenazas antes de que los malos actores puedan explotarlas. Si una organización se enfrenta a un gran volumen de ataques basados en la autenticación, puede utilizar la IA para instalar métodos avanzados de autenticación de usuarios (como el reconocimiento biométrico), lo que dificultará a los atacantes el acceso no autorizado.
Además, las herramientas con IA pueden automatizar los protocolos de pruebas de seguridad de las API, identificando las lagunas y los riesgos de seguridad de forma más eficiente y eficaz que las pruebas manuales. Y a medida que crecen los ecosistemas de API, también pueden hacerlo los protocolos de seguridad basados en IA. La IA permite a las empresas monitorizar y proteger muchas API de manera simultánea, haciendo que la seguridad de las API sea tan escalable como las propias API.
Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de la seguridad de las API. A medida que nos adentramos en la era de la transformación digital, la dependencia de las API no hará sino crecer, y las amenazas a la seguridad y los malos actores evolucionarán en la misma medida. Sin embargo, con herramientas de gestión de API como IBM API Connect, las organizaciones pueden garantizar que sus API estén gestionadas, sean seguras y cumplan la normativa a lo largo de todo su ciclo de vida.
La seguridad de las API nunca será una tarea puntual, sino que las empresas deben verla como un proceso continuo y dinámico que requiere vigilancia, destreza y apertura a nuevas tecnologías y soluciones. Mediante una combinación de prácticas tradicionales de seguridad de API y enfoques más recientes basados en IA, como Noname Advanced API Security for IBM, las empresas pueden garantizar que los recursos de TI permanezcan lo más seguros posible, protegiendo tanto al consumidor como a la empresa.