El cambio climático, junto con el impacto que tiene en los peligros relacionados con el clima, crea un conjunto único de riesgos y desafíos interrelacionados para las empresas y sus directivos. Presenta amenazas para varios aspectos de un negocio, que van desde problemas inmediatos, como interrupciones en las operaciones o daños a los activos físicos y al bienestar de los empleados, hasta impactos más indirectos en las cadenas de suministro y la viabilidad del mercado. Comprender la magnitud y las características de estos riesgos es esencial, y desde el principio deben incorporarse, de manera exhaustiva y proactiva, estrategias para gestionarlos en las decisiones empresariales. Entonces, ¿cuáles son los próximos pasos a dar? ¿Cómo pueden las empresas prepararse frente a las diversas ramificaciones del cambio climático y las condiciones climáticas extremas? Exploremos formas de comprender los riesgos asociados de manera más efectiva e identifiquemos medidas proactivas para minimizar estos riesgos para su negocio y sus partes interesadas.
El modelado de peligros climáticos es un enfoque sofisticado
que se emplea para evaluar y comprender los riesgos potenciales que los peligros relacionados con el clima representan para los activos durante períodos de tiempo prolongados. Este método difiere significativamente del modelado tradicional de riesgos relacionados con la meteorología en cuanto a su enfoque temporal y contextual. El modelado de riesgos relacionados con la meteorología suele implicar observaciones en tiempo real de
variables meteorológicas mediante el uso de datos meteorológicos, imágenes de satélite
y modelos computacionales. El riesgo meteorológico se ocupa de los eventos meteorológicos a corto plazo y de sus impactos inmediatos, mientras que el modelado de futuros riesgos climáticos adopta una perspectiva completa y a largo plazo. Integra datos climáticos históricos, proyecciones de cambio climático, modelos de peligros específicos y datos de entrada geográficos y contextuales relacionados con ubicaciones concretas a fin de predecir la probabilidad y la gravedad de que en el futuro se produzcan fenómenos climatológicos, como huracanes, inundaciones u olas de calor.
Posteriormente, estos datos de exposición se pueden transformar en datos significativos mediante funciones de impacto y pérdidas específicas para cada caso práctico. Al tener en cuenta factores como los cambios en los patrones meteorológicos, el aumento del nivel del mar y el aumento de las temperaturas, este enfoque de modelado permite a las partes interesadas, incluyendo empresas, gobiernos y aseguradoras,
tomar decisiones debidamente fundamentadas sobre la mitigación de riesgos, la planificación a largo plazo y las medidas a tomar para aumentar la resiliencia adaptadas al cambiante panorama climático. Esta metodología nos permite abordar de forma proactiva los complejos desafíos que surgen de un clima cambiante y sus impactos potenciales en activos e infraestructura cruciales.
Los peligros climáticos agudos son aquellos que se producen a raíz de determinados eventos, incluyendo el aumento de la gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, como ciclones, huracanes, olas de calor o de frío o inundaciones.
Una combinación de factores, como pueden ser unas temperaturas más altas, una humedad relativa más baja, o vientos y rayos, puede aumentar el riesgo de incendios forestales.
A medida que aumentan las temperaturas, aumenta el deshielo, el nivel del mar y la posibilidad de que se produzcan marejadas ciclónicas, todo lo cual contribuye a que cada vez haya más inundaciones y estas sean más graves.
Considerado como un período de altas temperaturas de varios días, este fenómeno tiene una frecuencia, gravedad y duración cada vez mayor.
Ahora que las tormentas atraviesan océanos cada vez más cálidos, y arrastran más vapor de agua y calor, observamos un aumento en la intensidad y una reducción en la velocidad, lo que se traduce en daños prolongados.
Este término hace referencia a cambios a largo plazo en los patrones climáticos (como, p. ej., temperaturas más altas durante más tiempo, aumento del nivel del mar y cambios en los patrones de precipitación) que pueden causar un aumento del nivel del mar u olas de calor crónicas.
Los períodos secos prolongados son cada vez más frecuentes, severos y expansivos, lo que afecta a la disponibilidad de agua y seca la tierra.
Unas lluvias más frecuentes e intensas pueden aumentar la erosión, lo que incrementa el volumen de sedimentos en ríos, lagos y arroyos. Las tierras erosionadas son menos capaces de sustentar la vida vegetal.
El aumento del nivel del mar se debe al efecto combinado del deshielo de los glaciares y las capas de hielo y de la expansión térmica que experimenta el agua del mar a medida que se calienta. Esto puede dar lugar a la erosión de playas, la inundación de deltas y la inundación y pérdida de muchos pantanos y humedales.
La temperatura media de la superficie de la Tierra es ahora mayor que en cualquier otro momento de los últimos 100 000 años, siendo 2011 y 2020 los años más cálidos registrados.
Los peligros climáticos pueden afectar a las organizaciones de varias maneras cruciales.
Los fenómenos meteorológicos inusuales pueden interrumpir las operaciones normales en las instalaciones, lo que se traduce en pérdidas por reducción de la productividad, interrupciones de la cadena de suministro y retrasos en las ventas. Por ejemplo, el huracán Harvey inundó la costa de Texas, provocando un cierre temporal de casi toda la capacidad de refinación del estado, lo que llegó a producir unas pérdidas de hasta 4,4 millones de barriles de petróleo al día.1
Los eventos climáticos pueden infligir daños o mermar la infraestructura crucial, lo que provoca pérdidas financieras asociadas a reparaciones, sustituciones, unas mayores primas de seguros e interrupciones operativas que, a su vez, pueden dar lugar a responsabilidades para los estratos inferiores. Un ejemplo de esta situación se ve en Colorado, donde un alto riesgo de incendios forestales ha contribuido a que las primas de los propietarios aumenten casi un 52 % en 3 años.
Los fenómenos extremos y los riesgos climáticos crónicos, como las sequías y las temperaturas extremas, pueden provocar desplazamientos ambientales, lo que afecta tanto a la productividad como a los cambios en la demanda del mercado.
Los factores relacionados con el clima no solo influyen en la demanda, la oferta y los precios de insumos cruciales, sino que también pueden dar lugar a interrupciones en la infraestructura logística, lo que resulta en retrasos en la producción. Por ejemplo, durante la gran helada de Texas, los cierres de las vías ferroviarias interrumpieron conexiones vitales de la cadena de suministro entre Texas y el noroeste del Pacífico durante 3 días.
Los peligros físicos agudos y crónicos pueden dar lugar a variaciones en el coste y la disponibilidad de la infraestructura de los servicios públicos de energía, lo que afecta a la eficiencia operativa y precisa de soluciones de energías alternativas. Por ejemplo, en Sichuan, China, se produjo una sequía que interrumpió la generación de energía hidroeléctrica, lo que a su vez supuso el cierre de empresas como Intel y Apple durante toda una semana.
El cambio climático puede tener implicaciones para la salud que afecten al bienestar y la seguridad de los empleados, lo que podría aumentar las responsabilidades legales de las empresas. Por ejemplo, el aumento de las temperaturas y los eventos de calor extremo pueden suponer diferentes riesgos de salud para las personas que trabajan al aire libre, lo que da lugar a un aumento de los costes de atención médica y posibles responsabilidades legales para sus empresas.
Hay varios pasos que las organizaciones pueden dar para prepararse adecuadamente frente a los impactos del cambio climático.
Modelar y predecir los posibles efectos de los cambios en la gravedad e impactos de los fenómenos meteorológicos debidos al cambio climático. Localizar, predecir, monitorizar y prepararse para el impacto de una variedad de peligros climáticos extremos, entre los que se incluyen tormentas intensas, incendios forestales, inundaciones, temperaturas extremas, sequías o contaminación del aire.
Comprender los riesgos en función de diversos escenarios climáticos y de transición futuros, y cómo podrían afectar a los objetivos estratégicos a corto y largo plazo de la empresa.
Utilice esta información para tomar las decisiones adecuadas que ayuden a desarrollar la resiliencia y la capacidad de adaptación en el momento adecuado con el fin de minimizar el riesgo asociado al impacto cada vez más frecuente del clima severo debido al cambio climático, tanto para la organización como para sus recursos.
Las organizaciones deben conocer las opciones de las que disponen para mitigar el riesgo climático en sus activos y evaluar el posible retorno de la inversión (ROI) de dichas medidas.
Es importante seguir cumpliendo con diversas divulgaciones y regulaciones de informes medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) locales e internacionales, como el Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD, por sus siglas en inglés).
Estos puntos pueden parecer sencillos de enumerar, pero su implementación plantea
un desafío considerable. ¿Por qué? Para comprender plenamente estos riesgos, uno debe recopilar, combinar y analizar grandes conjuntos de datos, incluidos modelos de peligros meteorológicos globales y
el cambio climático, junto con una gran cantidad de datos geoespaciales de
satélites de monitorización de la tierra, por mencionar unos pocos. Además, los datos relacionados con los activos
, las instalaciones, la infraestructura y la cadena de suministro de una organización deben incorporarse a la mezcla.
Asimismo, cada sector y empresa opera con un conjunto único e intrincado
de funciones de impacto y pérdidas que los proveedores de datos estándar no pueden satisfacer. Abordar estas funciones exige la adopción de nuevas capacidades de la ciencia de datos basadas en las más recientes investigaciones científicas. Por consiguiente, nos enfrentamos a grandes
volúmenes de datos en constante evolución que se han de simplificar, gestionar, integrar
y analizar. Estas complejidades de los datos complican su rápida movilización y
comprensión, lo que dificulta la eficacia de los procesos de toma de decisiones
basadas en datos.
Las organizaciones que están preparadas para tomar decisiones basadas en datos se pueden adaptar de manera más eficaz y proactiva a los fenómenos meteorológicos extremos capaces de afectar negativamente a sus operaciones. Las herramientas que combinan la IA con datos meteorológicos, climáticos y geoespaciales específicos del sector son especialmente útiles a la hora de dotar a las organizaciones de conocimientos y datos casi en tiempo real. Al desarrollar su estrategia y plan de adaptación al riesgo climático, busque soluciones que ayuden a su organización a:
Hoy en día, las organizaciones no solo necesitan comprender los riesgos que plantean los peligros climáticos, sino que también deben aprovechar la tecnología para predecir y contextualizar los riesgos específicos que suponen los peligros climáticos para sus activos y operaciones comerciales. Mediante el análisis predictivo y el modelado geoespacial, es posible crear un plan sólido de adaptación al riesgo climático y minimizar las interrupciones y daños organizacionales.
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1 Breve historia de las pérdidas de refino de petróleo de EE. UU. debido a huracanes, Reuters, 30 de junio de 2022.