¿Qué se necesita para construir dos túneles ferroviarios de 9 kilómetros de longitud, cinco estaciones subterráneas, un intercambiador de trenes y tranvías y centros de control dedicados para respaldar 55 kilómetros de señalización de alta capacidad? ¿Y acabar el proyecto todo a tiempo, dentro del presupuesto, teniendo en cuesta que se trabaja en una bulliciosa área metropolitana de 4.8 millones de personas?
Se necesita coordinar a casi 7 000 trabajadores de la construcción y cientos de ingenieros civiles, arqueólogos y electricistas; la colaboración continua entre un consorcio de contratistas para finalizar múltiples paquetes de trabajo; y la comunicación oportuna entre numerosos stakeholders, empresas de servicios públicos y alianzas.
Este es el proyecto Metro Tunnel, un programa de desarrollo de infraestructura valorado en 11 000 millones de AUD que, al finalizar, transformará la red ferroviaria de Melbourne en un sistema de metro de estilo internacional. El alcance del proyecto es tan grande que la construcción se divide en cuatro principales paquetes de obras: obras tempranas, túneles y estaciones, sistemas ferroviarios e infraestructura ferroviaria. Desde el lanzamiento del proyecto a principios de 2015, miles de trabajadores e ingenieros civiles ya han registrado millones de horas.
Por lo que respecta a la gestión de requisitos, aquí no hay lugar para las hojas de cálculo. Para mantener todo y a todos en marcha, Rail Projects Victoria (RPV), el organismo del gobierno de Victoria responsable de supervisar cada aspecto del enormemente complejo proyecto, necesitaba una solución considerablemente más avanzada.
Marc Chadwick, gerente de arquitectura de sistemas, integración y garantía en RPV, explica: "en el proyecto Metro Tunnel, dependía de nuestros paquetes y contratistas responder a los requisitos del proyecto. Necesitábamos una herramienta para gestionar la complejidad, un entorno de colaboración en el que los contratistas pudieran actualizar y compartir la información necesaria de forma segura y que permitiera unir todo el proyecto y dar forma a una visión consolidada.
"Sin las herramientas adecuadas, todos nuestros contratistas utilizarían sus propios métodos, por lo que procesar esa información podría llevar semanas, lo que conllevaría también el subsiguiente retraso de semanas en el estado real de la obra".
Además de aumentar la colaboración y evitar los silos de datos, RPV necesitaba mitigar los riesgos que pueden derivar de los requisitos y dependencias de la interacción entre equipos multidisciplinarios y contratistas. "Cuando hay varios paquetes involucrados, hay muchas interdependencias entre ellos", dice el Sr. Chadwick. "Si un contratista propone o inicia un cambio, es importante entender fácilmente cómo ese cambio podría afectar al proyecto general".