La historia de ESG: In viaje hacia la inversión sostenible
8 de febrero de 2024
5 minutos de lectura

El término ESG, o ambiental, social y de GOBIERNO, es muy conocido en la comunidad de inversores. Se refiere a un conjunto de métricas utilizadas para medir el impacto ambiental y social de una organización y ha adquirido cada vez mayor importancia en la toma de decisiones de inversión a lo largo de los años. Pero, aunque el término ESG fue acuñado por primera vez en 2004 por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el concepto existe desde hace mucho tiempo.

Las raíces de la inversión responsable

En la década de 1970, la inversión socialmente responsable (ISR) surgió como una forma de que los inversores alinearan sus carteras con sus valores. Este movimiento cobró impulso en la década de 1980 con las campañas de desinversión contra las empresas que hacían negocios en Sudáfrica durante el apartheid. Con el tiempo, la ISR evolucionó constantemente hasta parecerse a la responsabilidad social corporativa (RSC) actual y se centró principalmente en cuestiones sociales como los derechos humanos y la ética de la cadena de suministro.

Sin embargo, no fue hasta la década de 1990 cuando las consideraciones ESG empezaron a aparecer en las principales estrategias de inversión. En 1995, la fundación estadounidense Social Investment Forum (SIF) hizo inventario de todas las inversiones sostenibles en Norteamérica. El total, 639 000 millones de dólares, pone de manifiesto que los accionistas empiezan a invertir por principios y no estrictamente por beneficios.1

De forma lenta pero segura, los inversores institucionales empezaron a reconocer que las empresas podrían mejorar potencialmente el rendimiento financiero y la gestión de riesgos centrándose en cuestiones ESG como las emisiones de gases de efecto invernadero. En respuesta, los gestores de activos comenzaron a desarrollar estrategias y métricas ESG para medir el impacto ambiental y social de sus inversiones. En 1997, se fundó la Global Reporting Initiative (GRI) con el objetivo de abordar las preocupaciones ambientales, aunque pronto amplió su alcance para centrarse también en cuestiones sociales y de gobierno.

En 1998, John Elkington publicó Cannibals with Forks, the Triple Bottom Line of 21st Century Business, en el que introdujo el concepto del triple resultado, un marco de sostenibilidad que gira en torno a las tres p: personas, planeta y beneficios. El objetivo de Elkington era poner de relieve un conjunto cada vez mayor de consideraciones no financieras que deben incluirse a la hora de valorar empresas. Más aún, Elkington esperaba persuadir a las empresas para que actuaran en beneficio de las personas y el planeta; un deseo compartido por otros en todo el mundo.

ESG en el cambio de milenio

En el año 2000, las Naciones Unidas acogieron en Nueva York a los líderes mundiales en la Cumbre del Milenio para debatir la evolución de su papel en el nuevo milenio. A lo largo de la cumbre de tres días, los líderes establecieron principios rectores en torno a temas como los derechos humanos, las condiciones de trabajo, el medio ambiente y la lucha contra la corrupción. Tras la cumbre, se crearon los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en los que se esbozaban ocho metas internacionales de desarrollo que debían alcanzarse para el año 2015. Aunque los ODM están pensados para generar debate, en última instancia preparan el terreno para que las naciones y las corporaciones discutan los factores ESG con mayor franqueza.

Ese mismo año, se fundó el Carbon Disclosure Project (CDP). El CDP animó a los inversores institucionales a pedir a las empresas que informaran sobre su impacto climático. Esto ayudó a normalizar la práctica de la presentación de informes ESG y, en 2002, 245 empresas habían respondido a los 35 inversores que solicitaron información sobre el clima.2

En 2004, el término "ESG" se hizo oficial después de su primera aparición en un informe titulado "Who Cares Wins". El informe ilustra cómo integrar los factores ESG en las operaciones de una empresa, desglosando el concepto en sus tres componentes básicos: ambiental, social y de gobierno (o gobierno corporativo).

En la década siguiente, se crearon más principios y marcos, que proporcionaron más orientación sobre cómo las empresas pueden integrar e informar sobre los factores ESG. Algunos ejemplos destacados son los Principios para la Inversión Responsable (PRI), el Consejo de Normas de Divulgación Climática (CDSB) y el Consejo de Normas de Contabilidad de Sostenibilidad (SASB). Hoy en día, las empresas y los inversores siguen confiando en estos principios y marcos.

La última década: un panorama en evolución

En 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sustituyeron a los ODM. Los ODS esbozaron diecisiete objetivos de sostenibilidad y establecieron una agenda global para el desarrollo sostenible con la esperanza de mejorar la calidad de vida y lograr un futuro más sostenible para 2030. Aunque su alcance es más amplio, los ODS establecen metas específicas (169, para ser exactos) con indicadores únicos para hacer un seguimiento de los avances. Con su adopción, los ODS marcaron un cambio en la mentalidad sociopolítica; ESG dejó de ser un tema de conversación para convertirse en algo que podía (y debía) medirse.

Los inversores siguieron exigiendo a las empresas información financiera relacionada con el clima, por lo que los reguladores respondieron con nuevos requisitos de información. El Grupo de Trabajo sobre Divulgación Financiera relacionada con el Clima (TCFD) se fundó en 2015 con el objetivo de proporcionar estándares para la divulgación relacionada con el clima para las instituciones financieras, así como para las empresas y los inversores.

Más tarde, en 2017, un grupo de 140 CEO se reunieron para firmar el Pacto por un Liderazgo Responsable y Solidario (el Pacto), que fue redactado por el Foro Económico Mundial. Los firmantes se comprometieron a trabajar juntos para ayudar a alcanzar los ODS de la ONU, una promesa que se pondrá a prueba en 2020.

Cuando se desató la pandemia del COVID-19, muchos inversores temieron que las empresas renunciaran a sus iniciativas eSG en aras de mantenerse a flote. Y, aunque así fue en algunos casos, se hizo un descubrimiento interesante: las empresas con buenos resultados en materia de ESG estaban mejor preparadas para capear la pandemia, pues ya habían tenido en cuenta la posibilidad de que se produjeran trastornos.3 

ESG hoy y mañana

Los ESG ya no son un concepto marginal sino una sigla familiar tanto para las empresas como para los inversores. Hoy en día, los datos ESG se utilizan para evaluar el desempeño de una empresa en cuestiones ESG específicas. Por ejemplo, las emisiones de carbono por unidad de ingresos se usan para evaluar el impacto medioambiental de una empresa, mientras que las tasas de rotación de los empleados se utilizan para evaluar las prácticas laborales de una empresa.

Los gestores de activos siguen desarrollando una serie de estrategias y métricas ESG para medir el impacto medioambiental y social de las empresas actuales. Algunas estrategias se centran en excluir a los sectores u organizaciones que no cumplen con ciertos criterios ESG. Otras se centran en seleccionar activamente empresas que tengan perfiles ESG sólidos.

Se han establecido nuevas regulaciones, como la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) de la Unión Europea, que obliga a las empresas a informar sobre el impacto ambiental y social de sus actividades empresariales, y sobre el impacto empresarial de sus esfuerzos ESG. En Norteamérica, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) está considerando la elaboración de informes ESG obligatorios para las empresas públicas, como se hace en el caso de Canadá, Brasil, India, Australia y Japón.

Las calificaciones e índices ESG también se han hecho más frecuentes en los últimos años. Morgan Stanley Capital International (MSCI), por ejemplo, ofrece una serie de índices ESG que permiten a los inversores hacer un seguimiento de las empresas en función de sus resultados ESG. Estos índices se han hecho populares entre los inversores que buscan integrar factores ESG en sus carteras.

A medida que el mundo se enfrenta a retos cada vez mayores relacionados con el cambio climático y las cuestiones sociales, las consideraciones ESG seguirán desempeñando un papel crucial en la forma en que las empresas y los inversores operan y miden sus resultados.

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1. Report on US Sustainable and Impact Investing Trends (link resides outside ibm.com). SIF DE EE. UU. 2020

2. CDP Media Factsheet (enlace externo a ibm.com), CDP. Octubre de 2022

3. Connecting the COVID-19 pandemic, environmental, social and governance (ESG) investing and calls for ‘harmonisation’ of sustainability reporting (enlace externo a ibm.com). Critical Perspectives on Accounting. Adams, Abhayawansa. 28 de febrero 2022

 
Autor
Tom Krantz Writer