En sus esfuerzos de modernización, los equipos de aplicaciones y de infraestructura de aplicaciones se enfrentan a retos cada vez mayores a la hora de mantener la continuidad del negocio, el rendimiento de las aplicaciones, la disponibilidad y, en última instancia, la experiencia del usuario, debido a:
- la complejidad de la infraestructura, las dependencias a nivel de red y la falta de automatización;
- escalabilidad y rendimiento: diseño de una infraestructura que se adapte de forma eficaz al crecimiento y gestione las demandas de rendimiento;
- resiliencia limitada de las aplicaciones: falta de compatibilidad con la conectividad resiliente de las aplicaciones y dependencia de las estructuras de resiliencia de red subyacentes;
- herramientas y procesos para la colaboración entre los equipos de desarrollo y operaciones.
Para hacer frente a estos problemas, los equipos de aplicaciones y de infraestructura de aplicaciones necesitan la capacitación necesaria para:
- racionalizar la resiliencia de las aplicaciones, las copias de seguridad y la recuperación ante desastres;
- instanciar y conectar varias instancias de aplicaciones y servicios con equilibrio de carga y latencia mínima para una alta disponibilidad;
- efectuar redireccionamientos dinámicos de la conectividad de aplicaciones y servicios en caso de fallos de la infraestructura subyacente;
- colaborar con los equipos de infraestructuras a través de una plataforma común para diagnosticar y corregir rápidamente los problemas de conectividad de las aplicaciones;
- aprovechar las capacidades de automatización o IA para mejorar la eficiencia operativa.