Permite cubrir las necesidades de escalabilidad en el cloud.
Habilita el despliegue de aplicaciones cloud multitenencia.
Ayuda a cumplir los estrictos acuerdos de nivel de servicio (SLA).
Habilita una infraestructura cloud siempre activa.
Permite una asignación rápida y rentable de funcionalidades de red a aplicaciones cloud.
Da soporte a entornos IBM z Systems FICON y Linux.